Por encima de todas las preocupaciones de este mundo, Cristo quiere que busquemos el Reino de Dios, lo considera mucho más importante para nosotros que la comida, la bebida, el vestido, por eso nos dice a sus discípulos: ¨No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo, buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura¨(Mt 6, 31-33).
Conocer ¨cada vez más profundamente las riquezas insondables de Cristo. He ahí nuestra más importante y la más bellísima de las tareas.
Tarea que nunca podremos dar por terminada, ni siguiera en el cielo; pero con una grandísima diferencia: mientras aquí en la tierra nuestro quehacer va mezelado de alegría y sufrimientos, a veces más sufrimientos que alegrías, en el cielo sólo será gozo y felicidad intensa, creciente e inacabable.
¨Todo lo estimo pérdida, comparado con el conocimiento de Cristo¨. ¨Gustad y ved qué bueno es el Señor¨.
Para quienes han saboreado las delicias de Dios todas las realidades y dichas terrenas las consideran amargas y despreciables. Por eso San Pablo arrastraba tantas dificultades sin decaer de ánimo y se enfrentaba contra sus muchos enemigos lleno de valor. Y decía: ¨para mí la vida es Cristo y morir una ganancia¨.
Otro enamorado de Jesucristo hasta identificarse con él es San Francisco de Asís. Francisco, después de haber gustado como pocos, lo ¨bueno que es el Señor¨, cuando se encontraba lleno de enfermedades y dolencias, ya al final de su vida en la tierra, repetía: ¨tanto es el bien que espero que en las penas me recreo¨.
Enamorada de jesús, como pocas mujeres, Santa Teresa de Ávila, movida por ese amor al Señor, tenía como lema: ¨O sufrir o morir¨.
El Reino de Dios crece conociendo ¨cada vez más profundamente las riquezas insondables de Cristo¨.
Al amigo se conoce con el trato. Si queremos conocer a Cristo es necesario tratarlo, trato continuo y lo más íntimo posible. Por mucho que le tratemos y le conozcamos nunca será de más.
Jesucristo es la Sabiduría. ¨Es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo; entrando en las almas buenas de cada época, va haciendo amigos de Dios y profetas; pues Dios ama sólo a quien convive con la Sabiduría. Es más bella que el sol y que todas las constelaciones; comparada a la luz del día, sale ganando, pues a éste le releva la noche, mientras que a la sabiduría no le puede el mal. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna el universo con acierto¨(Sb 7, 26-8,1).
Enamorémonos de Jesús Nazareno, que es una mina inagotable de Amor, vida, verdad, luz, alegría, paz, felicidad...
Si te gustan las personas guapas Jesús es la persona más guapa de todas; si buscas amigo inteligente, Cristo es toda la inteligencia; si estimas la bondad nadie tan bondadoso como él. Eso y muchísimo más, infinitamente más, es Jesucristo.
Y lo más grande para ti es que Jesús puede ser tu mejor amigo, más, de su parte está interesadísimo en serlo. ¡Anímate a aceptar tan buenísima amistad! y ¡Hazle compañía noche y día sin cesar!
La persona que más y mejor puede ayudarnos a conocer y amar a Jesús el Señor es su misma Madre, la Santísima y siempre Virgen María, la Reina y Señora de todo lo creado, la que también es nuestra Madre. Después de Jesús nadie nos ama tanto como María. Correspondamos a su inmenso amor, dejando siempre que ella nos ayude.
No comments:
Post a Comment