Tuesday, March 10, 2009

E3. A Cristo por María: José y María, modelos del cristiano






¨Lo que hacéis hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres: sabiendo que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo Señor¨(Col3, 23-24).

José y María ponían todos sus sentidos y toda su alma para servir a Dios, y servían al Señor sirviendo a Cristo Jesús, de quien nunca querían separarse.

Antes, cuando la mayoría de los hombres se dedicaban a la agricultura, como el mes de agosto era el mes de la recolección, si la cosecha había sido buena solían decier: hemos hecho buen agosto. De ahí viene la frase que se suele decir siempre que un hombre hace un negocio o realiza un trabajo en el que saca gran genefico económico: ¨ese ya ha hecho su agosto¨.

Hacer sy agosto empleando medios lícitos está bien, pero para los cristianos y religiosos debe tener mucho más interés hacer nuestro agosto en el sentido espiritual. ¿Cómo lo lograremos? Sirviendo con fidelidad a Cristo Jesús. A mejor servicio, a mayour fidelidad, más grande beneficio espiritual.

Al que hace con éxito un negocio material decimos ¨hacer su agosto¨, porque sólo le beneficia a él, y al enriquecimiento espiritual ¨hacer nuestro agosto¨ ya que los bienes espirituales, recibidos de Dios, benefician a todos; como enseña la Iglesia católica, ¨creo en la comunión de los santos¨.

La mejor manera de hacer nuestro agosto es que Cristo reine plenamente en nuestras vidas. En el servico a Jesús de Nazaret, José y María pueden darnos cada día las lecciones que necesitamos, si les pedimos su ayuda y meditamos su comportamiento mientras vivieron en la tierra, y los favores que continuamente hacen desde el cielo a sus devotos. Santa Teresa de Ávila decía: ¨espanta los muchos favores que me ha concedido San José... no recuerdo me haya negado nada de todo cuanto le he pedido¨. San Bernardo rezaba a la Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos...

¨No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, pra dar satisfacción a vuestras pasiones¨(St 4,3).

Pedir bien, ahí está el secreto para tener todo cuanto podamos necesitar. El que tiene todo es Dios, y únicamente Dios, nosotros si algo tenemos es puro regalo del Todopoderoso. Con nuestras solas fuerzas no podemos conseguir ningún bien espiritual, el medio que tenemos para alcanzar algo es pedírselo al Dueño de todo, así lo ha determinado El mismo: ¨Pedid y se od dará, buscar y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe, quien busca, halla, y al que llama, se le abre¨(Lc 11,9-10).

Dios quiere que colaboremos con El, y nos dará siempre que le pidamos si nosotros hacemos lo que está de nuestra parte.

¨Caminaba por despoblado un cristiano a visitar una ermita dedicada a la Santísima Virgen María. Acertó a pasar junto a un labrador que estaba sembrando trigo en su campo y a quien le oyó blasfemar; sintiendo pena por el labriego, le dijo con amabilidad: no blasfeme que se puede condenar, a lo que el reprendido respondió: si está de Dios que me he de salvar, blasfeme o no, me salvaré. El cristiano le dijo: si está de Dios que tenga buena cosecha lo mismo da que siembre o no siembre. Con lo que se dio cuanta el labrador que estaba en un error pues él sabía muy bien que si no sembraba el trigo jamás podría cosecharlo¨.

Aprendamos de José y María el arte de orar bien, y cuando Dios nos dé algo distinto a lo pedido aceptémoslo como ellos, conformándonos con la voluntad divina, teniendo en cuenta que El sabe mejor lo que nos conviene y está mucho más interesado que nosotros por nuestra salvación.

La vida llega a ser una fiesta si eres capaz de alegrarte con las cosas cotidianas y sencillas.


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