E4. A Cristo por María: La imitación de María Virgen

volver a "contenidos"

¨Ante todo, la Virgen ha sido propuesta siempre por la Iglesia a la imitación de los fieles no precisamente por el tipo de vida que Ella llevó y, tanto menos, por el ambiente socio-cultural en que se desarrolló, hoy día casi superado en todas partes, sino porque en sus condiciones concretas de vida Ella se adhirió total y responsablemente a la voluntad de dios (cf. Lc 1,28); porque acogió la palabra y la puso en práctica; porque su acción estuvo animada por la caridad y por el espíritu de servicio; porque, es decir, fue la primera y la más perfecta discípula de Cristo: lo cual tiene valor universal y permanente¨(Marialis cultus n. 35).

La mejor manera de honrar a la Virgen es imitándola, empezando por adherirnos total y responsablemente a la voluntad de Dios. Con ello tenemos tarea para toda la vida, y mientras estemos en este mundo nunca podremos terminarla del todo.

Esta es la más emocionante y salvífica de todas las empresas terrestres: ir muriendo día a día a la propia voluntad y adhiriéndonos más y más a la voluntad divina, con el vehemente deseo de llegar a tener una sola voluntad, la voluntad de Dios por única voluntad nuestra. para ello es necesario, continuamente, estar podando y cercenando los impulsos contrarios al querer divino que sin cesar tienden a brotar y hacerse fuertes.

Escuchando la palabra de Dios con las disposiciones de maría -esto es, queriendo hacer lo que el Señor nos diga- conoceremos con claridad la voluntad de Dios y con  su ayuda, que nunca niega a quien se la pide con deseo sincero de obedecerle, podremos ir realizando nuestra tarea, la tarea que el Señor quiere para cada uno de nosotros y de nosotras. Cumpliéndola le damos la mayor gloria que podemos darle a Dios y nos preparamos un tesoro inagotable de paz y plena felicidad que ni la polilla ni ladrón alguno podrá arrebatarnos jamás.

La acción de nuestra Madre del cielo, mientras vivió en la tierra, ¨estuvo animada por la caridad y por el espíritu de servicio¨. Hagamos como Ella todo por amor, queriendo siempre agradar al Señor y sirviendo con humildad y cariño a cuantos se pongan a nuestro alcance. El primer servicio que debemos prestar a los hombres es ponerles en contacto con Jesucristo, diciéndoles como María: ¨Haced lo que él os diga¨(Jn 2,5).

La Virgen María, ¨fue la primera y la más perfecta discípula de Cristo¨. Siempre estuvo con jesús y vivió totalmente para Jesús. Físicamente algunas veces les tocó estar separados, pero moralmente María vivió, en todo momento, con la más perfecta de todas las madres y el más perfecto y maravilloso de todos los hijos, pero decir eso es poco Jesús de Nazaret es Dios infinito y eterno, la Fuente única e inagotable de todo el Bien y Hombre verdadero,  Salvador único de todos los humanos y Rey para siempre de todo cuanto existe y pueda existir. María de Nazaret es Madre de Jesús y, por tanto, la Madre del mismísimo Dios. Virgen antes del parto, virgen en el parto y Virgen después del parto y por toda la eternidad, siempre Virgen y Madre de Dios será.

Quien le reza y se fía de María crece en amor cada día y tendrá paz y alegría.

volver a "contenidos"