Friday, March 13, 2009

H1. Virtudes Cristianas: Ideas y estímulos para obrar bien






Después de recibir estas ideas y estímulos para obrar bien, primero rumiar en silencio dejando que fermente, y una vez que haya tomado fuerza en nuestro interior y en nuestra vida hablar cuando se presenta la oportunidad.

¨Cualquiera que sea el punto al que hayamos llegado, sigamos adelante en la misma línea (FI 3,16).

La línea del amor, de la confianza, de la gratitud, del abandono en las manos del Señor, de la entrega a su divina voluntad, la línea de la verdad, de la humildad, de la paz, del bien, de la alegría, del crecimiento, del gozo, de la felicidad, del desprendimiento, desapropiación, de la luz, de la pureza, de la obediencia al que es dueño absoluto de cuanto somos y tenemos, el único que desea nuestro bien, nuestra felicidad, mucho más, muchísimo más, infinitamente más, que todo cuanto podamos pensar, soñar o apetecer para nosotros.

Nuestra línea, la línea por la que de ahora en adelante caminemos, no puede ser otra que la línea trazada por Cristo Jesús. El Hijo único de Dios Padre y de la siempre Virgen María de Nazaret, el mismo que nació en Belén dentro de un establo y en extrema pobreza, trabajó de carpintero, vivió treinta años en retiro y oración, en el más completo anonimato, predicó en Galilea y Judea durante unos tres años, enseñando el camino de salvación y revelando el amor infinito de Dios Padre. Nos dio la posibilidad, que supera toda ponderación, si le aceptamos y seguimos, de ser con El hijos de su mismo Padre celestial. Fue crucificado, muerto y sepultado, pero resucitó para nunca más padecer ni morir.

Jesús Nazareno es nuestro único Salvador, el único que puede dar todo que nos ha prometido.

En el mundo muchos políticos prometen dádivas que a veces no pueden cumplir. ¿Y quie´n de nosotros no ha fallado en algo o en mucho de lo que prometió?

Los hombres prometemos sin caer en cuanta las más de las veces que con nuestras fuerzas solas es imposible que cumplamos nada, ¨sin mí no podéis hacer nada¨(Jn 15,5).

Con Jesucristo es distinto que con nosotros, El puede cumplir lo que promete porque además de ser hombre verdadero como todo hombre es Dios todopoderoso que sabe y puede cumplir con fidelidad lo que promete, y no puede fallarnos porque nos ama con un amor más tierno y salvífico que el amor de todas las madres buenas reunido y aumentado en grado máximo, como lo está en su misma Madre la siempre Virgen María.

Con Jesús Nazareno nadie se puede comparar. Además de ser hombre completo, íntegro, perfecto, es también Dios, El, con el Padre y el Espíritu Santo es el único Dios verdadero, el único Soberano, el único Absoluto, el único Importante. Todo lo demás es relativo. Pero Cristo, como nos ama tantísimo, quiere hacernos a todos importantes para siempre, poseedores y disfrutandores de su infinita y eterna felicidad, haciéndose uno con nosotros y haciéndonos uno en El. De su parte jamás habrá fallo alguno, siempre tendremos sus brazos abiertos dispuestos a abrazarnos, de nosotros depende participar rebosantemente y eternamente, de la Fuente única de todo el Bien, o cerrarnos en nuestro egoísmo y quedar para siempre en las tinieblas y la amargura sin fin.


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